Portada de Santa María la Real (Sangüesa)

¡Buenas noches! Tengo tantas cosas que contaros que no sé por dónde empezar... 

He decidido tomarme este frío horrible como una invitación a enterrarme en mantas y ponerme a escribir. Lo primero es lo primero: ¡¡¡feliz año!!! Espero que hayáis disfrutando de estos días con los vuestros (y disfrutado del turrón también).

Yo he estado en casa de mis abuelos y ahí la conexión Wifi no existe. No me malinterpretéis, creo firmemente en la vida más allá de Internet. De hecho, en uno de mis paseos por el pueblo, Sangüesa, se me ocurrió que podía contaros un poco a cerca de una de las arquitecturas más relevantes que encontré: la portada de la Iglesia de Santa María la Real.







De autor desconocido, esta Iglesia data del siglo XII. Es la escultura de la Puerta Sur la más llamativa e interesante desde distintos puntos de vista. A primera vista, advertimos una reiteración de motivos bíblicos y desorden, al menos aparente. Ello nos hace preguntarnos por su disposición original. La repuesta varía depende de a quién se le pregunte...

Por ejemplo, C. Milton Weber cree que el desorden de la fachada de Santa María de Sangüesa pudo ser resultado de una reconstrucción de esta zona de la iglesia, especialmente de las enjutas de la puerta, realizada a fines del siglo XII y principios del XIII. 

Otros creen que acabado el trazado original de la puerta (integrado por un tímpano rodeado por tres arquivoltas un tanto apuntadas que apean sobre los capiteles de las jambas), se añadieron diversos elementos escultóricos en las enjutas del gran vano de la puerta y, en el mismo momento, el friso alto de la fachada con un apostolado. También es probable que parte de los fragmentos escultóricos que se adosaron a las enjutas hubiese sido destinado originalmente a otro lugar de la iglesia y que fuesen colocados en el lugar en que se han conservado por el taller que realizó el friso alto de la fachada, el cual pudo realizar también algunas piezas para completar posibles espacios que quedaron libres de la zona manipulada.

En cuanto a la iconografía, podemos decir que la de esta portada es relativamente avanzada: en el núcleo inicial de la portada había un programa completo basado en la idea de Juicio y redención. Así, en los capiteles se presentan algunas escenas en las que se puede leer la promesa de redención universal (ciclo de Infancia) y la pre-figura del Juicio Universal; las estatuas-columna están relacionadas con la Pasión y Resurrección de Cristo y el tímpano presenta la Resurrección eterna de la humanidad, es decir, el Juicio Final en presencia de Cristo-Juez y de distintos intercesores (la Virgen-Madre y los apóstoles), así como las consecuencias diversas (positivas o negativas) respecto a las almas, de acuerdo a su papel en el mundo terrenal plasmado en las arquivoltas.

Cuando la portada fue remodelada, a este programa inicial se añadieron distintos temas (algunos todavía no identificados correctamente) y figuras aisladas en la zona de las enjutas, que no deben seguir un programa iconográfico concreto sino que responden a la reutilización de esculturas destinadas a otras zonas de la iglesia, como hemos dicho antes. Finalmente, la parte alta presenta una visión de la Corte Celestia. Esta está integrada por una Maiestas Domini rodeada por el Tetramorfos, dos ángeles y un apostolado, con lo cual se reincide sobre el tema de la Segunda Venida y, por tanto, sobre la Resurrección eterna, ya presente en el tímpano.








La verdad es que merece la pena verla en directo. En entradas posteriores os hablaré sobre las Iglesias de peregrinación.

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